Los Ríos de la Ribeira Sacra

Río Miño y Río Sil

Podríamos señalar, sin miedo a equivocarnos, que el elemento más característico en el paisaje de la Ribeira Sacra son sus ríos. El Miño y el Sil, los dos ríos gallegos más importantes, que atraviesan como dos cicatrices la Ribeira Sacra.

Tal es la importancia de estos ríos, que, junto a los numerosos monasterios de origen románico, fueron los que bautizaron esta hermosa tierra.

Las abruptas orillas de estos ríos marcaron la vida de sus habitantes desde siempre, quienes demostraron una gran adaptación al medio, como demuestran los impresionantes bancales presentes en gran parte de las orillas de los ríos que discurren por la Ribeira.

Ésta es una tierra de buen vino, y, para cultivarlo, la mejor opción son las laderas de las montañas que rodean el río Miño y el río Sil. Para ello se construyeron esta especie de “escalones” llamados bancales, que contienen la tierra y el agua, evitando así la erosión, y donde se cultivan las vides aprovechando el calor.

Pero trabajar en estas escarpadas laderas no es tarea fácil y se necesita mano de obra especializada, ya que incluso la introducción de sistemas mecánicos es complicada. De ahí que este tipo de viticultura reciba el merecido nombre de “viticultura heroica”. Uno de los muchos atractivos turísticos que veremos en nuestras visitas a la Ribeira Sacra.

Embalses en la Ribeira Sacra y aldeas anegadas

Esta zona también fue marcada por la construcción de impresionantes embalses que transformaron el paisaje, los ecosistemas y a la población de la zona, que, en muchos casos, se vio obligada a trasladar su vida a las zonas más altas, ya que muchas aldeas quedaron anegadas.

Hoy en día y en determinadas condiciones, cuando los embalses están bajos, se pueden visitar estos pueblos abandonados, iglesias o castros a los que las aguas engulleron, dejándonos estampas realmente asombrosas.

Embarcaciones de la Ribeira Sacra

Otro de los elementos característicos de nuestros ríos son sus embarcaciones, las barcas de paso eran utilizadas en los denominados pasos de barca, anteriores a los embalses, y que eran utilizadas para cruzar el Miño y el Sil por personas y animales.

Otras embarcaciones, como los batuxos se usaban para el transporte de los cestos de uvas en la vendimia. Buena muestra de ello se guarda hoy en día en el ecomuseo de Arxeriz, que cuenta con una sala de cultura fluvial donde se pueden apreciar estas y otras barcas.

Culturalmente los ríos también influyen en sus habitantes, aún a día de hoy, los vecinos del margen este del río (Pantón e O Saviñao) les llaman a los del margen oeste (Taboada, Chantada e Carballedo) «¡Papeiros!», a lo que estos le responden con un «¡Rabudos!». Originado por raíces católicas de una orilla (papa – papeiro) frente a las judías de la otra (rabinos – rabudos).

Leyendas sobre los ríos de la Ribeira Sacra

Las leyendas también forman parte del territorio y de sus ríos. Una en particular nos cuenta como el dios romano Júpiter se enamoró de Galicia cuando la conoció, y por ello creó el río Miño, que la atravesaría. Pero la diosa Juno, su esposa, presa de los celos atacó a Galicia causándole una profunda herida. Júpiter, como castigo, convirtió a Juno en un río que discurriría por la herida que ella misma causó, creando así los cañones de Sil, la herida, y el propio Sil.

Junto a ésta, podemos encontrar otras muchas leyendas que nos hablan de las Xacias, mitad pez, mitad humano, que habitan en los ríos gallegos. Las hay que nos hablan de las lavandeiras, niñas que lavan el fondo del Sil buscando oro, hijas de dos amantes castigados en sus profundidades o de los Ibios, descendientes de Noé, que llegaron por el Sil a Sober para traer las primeras vides de la zona.

Álvaro Cunqueiro, llamó a Galicia la tierra de los mil ríos, y, teniendo en cuenta que la Ribeira Sacra supone el 10% del territorio de Galicia, no podemos por menos que nombrar algunos de los ríos más conocidos y bellos del geodestino:

Empezando por el río Cabe, que baña las riberas de San Román de Acedre, la tierra que vio nacer a nuestros antepasados; el río Lor que recorre el Caurel para desembocar en el Sil; el río Bibei que nace en Zamora para también desemboca en el Sil separando los concellos de Quiroga y Ribas de Sil; o el río Mao que nace en la sierra de San Mamede y discurre por la provincia de Ourense, entre otros.

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